Iglesias venezolanas crecen mediante oración y plantación
Cuando no tienes nada, Dios se convierte en tu todo.
Dios se convierte en tu economía, en tu doctor, en tu consejero.
Según cuenta el pastor Jimmy De Gouveia, en Venezuela, "las iglesias están creciendo debido a que ofrecen esperanza para los perdidos, para las personas que viven en pobreza. Hemos aprendido a orar para que Dios obre de manera sobrenatural sanando a la gente, porque no tenemos acceso a medicina, psicología o psiquiatría. Le pedimos a Dios por milagros económicos ya que no tenemos alimento. En tiempos pasados teníamos dinero, podíamos hacer lo que quisiésemos. Eso era lo sobrenatural, pero ahora nuestros ojos buscan a Jesús."
Los miembros de la iglesia de De Gouveia a menudo golpean puertas para preguntar si las personas desean que oren por ellas. Una familia los hizo entrar a su casa para ver a Javier, un policía paralizado de la cadera hacia abajo luego de sufrir un accidente de motocicleta. Ellos oraron por el hombre deprimido y luego de un par de semanas, él comenzó a caminar. Él aceptó a Cristo y les dijo que Dios le había dado nueva vida.
Cuando alguien llevó a la iglesia un niño que había sido diagnosticado con un tumor cerebral, la congregación sabía que no había a dónde mirar sino hacia Dios.
"Oramos por él y fue sanado sobrenaturalmente," dijo De Gouveia.
'Mi modo de pensar cambió'
En Venezuela existen 85 iglesias nazarenas organizadas en cinco distritos. Durante los últimos 10 años, De Gouveia ha liderado una iglesia en San Diego, un pueblo de aproximadamente 10 mil personas que se encuentra en las afueras de la capital, Caracas.
De Gouveia comenzó su ministerio como misionero junto a su esposa, Lisbeth, en Guatemala. Noventa y seis por ciento de guatemaltecos se identifican como cristianos, según reporta el Proyecto Josué. De Gouveia estaba acostumbrado a ver grandes iglesias y conocía estrategias para hacer que una iglesia creciera dentro de esa cultura. Así que cuando la pareja regresó a Venezuela en 2006 para plantar una iglesia nazarena, ellos estaban confiados de que podrían realizar la tarea.
"Pensé, 'bueno, sé todo lo que debo saber. Mi iglesia va a crecer muy rápido. Será la mejor iglesia de Venezuela.' Estaba equivocado," dijo De Gouveia.
En un año, su congregación creció de 12 a 30 miembros, pero aún se encontraba muy por debajo de sus expectativas y eso lo deprimió. "Consideré renunciar, pero Dios me habló y me dijo, 'Jimmy, estoy más interesado en tu crecimiento personal que en el crecimiento de la iglesia.' Cuando comprendí eso, mi modo de pensar cambió."
En lugar de dar lugar a una enorme iglesia, De Gouveia ha nutrido una cultura de plantación de iglesias. Durante los últimos cuatro años, la congregación ha plantado cuatro misiones que se reúnen en hogares y en las que participan 400 asistentes regulares. Él ha capacitado a cinco parejas para pastorear las nuevas iglesias. Las congregaciones están creciendo, en parte debido a que Dios está cambiando la vida de las personas y restaurando familias.
Uno de los miembros, una mujer acaudalada, se acercó a la iglesia luego de divorciarse de su esposo, quien había perdido todo debido a una huelga en su compañía petrolera. Sus hijos estaban sufriendo: dos hijos se habían convertido en adictos a la heroína y una de sus dos hijas había abandonado su hogar.
La iglesia respondió a las súplicas de la madre, enviando a sus hijos al centro nazareno de rehabilitación de adicciones, donde ellos aceptaron a Cristo y pudieron ser libres de las drogas. A través de su testimonio y del amor de la iglesia, las dos hijas también aceptaron a Cristo. Una de ellas se encuentra casada con un pastor y está involucrada en una iglesia en los Estados Unidos. Uno de los hijos está asistiendo a un seminario nazareno en Canadá.
Yendo a la ciudad
Recientemente, De Gouveia sintió que Dios lo guiaba a plantar una nueva iglesia en Caracas, la ciudad más grande de Venezuela.
"Escuché a la iglesia global hablar acerca de la ciudad hace cinco años," dijo en referencia al desafío de la Junta de Superintendentes Generales en 2009, en cuanto a plantar iglesias en centros urbanos. "Creo que pusieron algo en mi corazón acerca de ir a las ciudades. Dios me dio la pasión, pero la iglesia inició esa forma de pensar en mí."
Su visión sigue la estrategia de su distrito y de los líderes del Área Andino Norte, de la cual Venezuela forma parte.
En Caracas, una ciudad de 8 millones de habitantes, existen cuatro iglesias nazarenas más, tres de las cuales se encuentran compuestas por inmigrantes haitianos. De Gouveia piensa enfocar sus esfuerzos en alcanzar a la clase media, la cual si bien se encuentra en una mejor posición financiera, aún vive en pobreza espiritual con familias disfuncionales, adicción a las drogas, al alcohol y a otras cosas destructivas.
"Las más grandes ciudades de América Latina han atraído a personas de las comunidades rurales," dijo un líder de área. "La necesidad de plantar una iglesia en estos grandes centros urbanos es tremenda, y nuestra iglesia generalmente ha plantado más iglesias en áreas rurales. Jimmy está interesado en plantar una iglesia dentro de una comunidad más urbana. Éste es un nuevo enfoque”.
Para tener tiempo para establecer una nueva iglesia en otra ciudad, De Gouveia capacitó a otra iglesia para poder tomar la mayoría de las decisiones de liderazgo concernientes a la congregación de San Diego.
De Gouveia luego reunió a un equipo de seis miembros: tres laicos y tres ministros. Ellos arrendaron un espacio donde se pueden reunir hasta 30 personas. William y María son dos miembros del equipo.
Hace varios años, María comenzó a concurrir a la iglesia de San Diego. Ella y William estaban viviendo juntos, pero debido a conflictos en su relación dormían en habitaciones separadas. La iglesia ministró a María y oró por ella. Poco tiempo después, ella inició un grupo pequeño en su casa, pero William se rehusaba a participar.
William fue a la cárcel debido a problemas en su trabajo, y una vez que fue liberado él comenzó a sentarse silenciosamente en las reuniones de casa. Luego de varios meses, él aceptó a Cristo y más tarde se casó con María. La compañía para la que trabajaba terminó cerrando, así que William inició su propia empresa. Poco tiempo después, él sintió el llamado de Dios a ministrar –específicamente a plantar nuevas iglesias.
El método de DeGouveia en cuanto a capacitar y enviar a líderes ha llevado a la multiplicación de iglesias.
Por ejemplo, un líder de un grupo hogareño le dijo, "pastor, creo que Dios me está pidiendo que inicie una nueva iglesia en [otro lugar]." De Gouveia debió considerar si mantener a ese hombre en la iglesia local o si dejarlo ir. Él decidió enviarlo. Hoy en día, él es el pastor de una iglesia con 100 discípulos y diferentes ministerios.
Supliendo necesidades prácticas
En partes de Venezuela, muchas personas se encuentran hambrientas. Los nazarenos no pueden ignorarlas. En mayo, la iglesia nazarena de San Diego y tres de los nuevos grupos, incluyendo el de Caracas, comenzaron a cocinar sopa y a ofrecer almuerzos gratis para miembros y vecinos que no estaban alimentándose lo suficiente. Ellos también comenzaron a ofrecer bolsas de alimentos gratis.
"Nuestros planes a largo plazo son los de tener comedores en todos los lugares donde se espera que la crisis continúe," dijo De Gouveia.
Las iglesias comenzaron a financiar el ministerio de alimentos utilizando sus propios recursos; al final de mayo, el Ministerio Nazareno de Compasión les otorgó un pequeño préstamo para continuar expandiendo su tarea.
"Es algo que Jimmy ha traído a nuestra atención," dijo un líder de área. "Ellos van a intentar alimentar a 300 personas cada semana."