Al celebrar esta santa temporada, la Junta de Superintendentes Generales extiende cálidos saludos navideños a nuestra familia nazarena en todo el mundo. Nos regocijamos en la profunda verdad de Emmanuel: Dios con nosotros. 

En esa primera noche de Navidad, Jesús entró en este mundo con humildad, trayendo luz a la oscuridad y esperanza a la desesperación. Hoy, su presencia continúa ofreciendo nueva vida y redención a todos.

En cada nación y cultura, el amor de Cristo trasciende las fronteras, uniéndonos como una familia global. Desde las vibrantes comunidades de Mesoamérica y Sudamérica hasta los diversos paisajes de Eurasia y Asia-Pacífico, y desde las dinámicas ciudades y pueblos de los EE. UU. y Canadá hasta el rico mosaico cultural de África, estamos llamados a compartir esta esperanza con el mundo.

Al acercarnos a un nuevo año, que el mensaje de Navidad renueve su espíritu y los llene de la paz y la alegría de Cristo. Les deseamos una bendita Navidad y un nuevo año lleno de su gracia.

“Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14 NVI).

Con esperanza y gratitud,

La Junta de Superintendentes Generales