Nazarenos en Polonia reciben a refugiados sirios que huían de la guerra
Lena*, Nidal* y su hijo Rafi* estaban involucrados en una Iglesia del Nazareno local en Siria cuando la guerra civil amenazó con tomar la vida de su hijo. Cuando huyeron a Polonia, junto con cientos de otros refugiados de habla árabe, se encontraron con misioneros nazarenos que los conectaron con la Iglesia del Nazareno allí. La familia ahora dice que entienden que aquí es donde Dios los quiere.
En 2005, Lena se unió al personal docente de la escuela primaria nazarena de su ciudad en Siria. El pastor que trabajaba en la escuela invitó a Lena a asistir a un servicio dominical en la Iglesia del Nazareno. La enseñanza que escuchó allí ayudó a profundizar su comprensión y relación con Dios.
"Me di cuenta que eso era lo que estaba buscando", recuerda. “Quería esto, así que comencé a asistir. Mis hijos también me acompañaron".
A los jóvenes, Rafi y Wadi, les encantaba asistir a la iglesia. La familia se unió a un estudio bíblico, se ofreció como voluntaria en varios ministerios y se hicieron miembros. Rafi tocaba el piano durante el tiempo de adoración.
Cuando comenzó la guerra civil, su ciudad no fue tan afectada por los combates. Rafi continuó trabajando en un restaurante de comida rápida, Lena todavía enseñaba en la escuela y la vida de la iglesia continuaba como de costumbre. Pero aun así, a veces caían bombas en la ciudad.
Un día, Lena estaba en la iglesia cuando Rafi casi desmayando entró al edificio cubierto de hollín y escombros y con la ropa rota. Lena gritó de miedo hasta que Rafi le aseguró que estaba ileso.
"Mamá, estoy bien, no me pasó nada", insistió. Había estado en su trabajo abriendo la tienda de comida rápida cuando una bomba explotó en las cercanías.
El bombardeo más cercano ocurrió frente a su casa. Lena ya se había ido a trabajar, pero sus hijos todavía estaban en la cama. Un cohete cayó sobre el edificio frente a su casa, causando una explosión ensordecedora y sacudiendo su casa.
“Cuando abrí los ojos, pensé: 'No veré a mi hermano ni nada. Estaré en el cielo'”, recordó Rafi. Pero ambos jóvenes estaban a salvo e ilesos una vez más.
Lena dijo que la familia vivía con un estrés constante causado por la amenaza de ataques recurrentes.
"No teníamos miedo, porque sabíamos que Dios nos protegería y nos proveería de todo", dijo. "Pero, cuando escuchas muchas bombas o ves muchas cosas, siempre te sientes estresado".
Los refugiados de las zonas más afectadas llegaron a la ciudad. La iglesia comenzó un ministerio que proveía comida, ropa, artículos para el hogar y calefacción en el invierno. Los miembros de la iglesia visitaron a las familias para consolarlas, escuchar sus historias, orar por los que estaban dispuestos y ayudarlos a reasentarse en la ciudad.
Cuando el estrés por los bombardeos se volvió insufrible, Lena y Nidal decidieron que era hora de abandonar el país, llevándose a Rafi con ellos. Wadi se quedó con su familia y se instaló en otra ciudad. Más tarde, Wadi se convirtió en pastor y ahora dirige una Iglesia del Nazareno allí.
El viaje de Nidal y Lena los llevó a Polonia, donde vivía el hermano de Lena. La mayoría de los refugiados que viajaban a Polonia continuaban su rumbo hacia Europa occidental. Creían que su tiempo en Polonia sería temporal, que cuando terminara la guerra podrían regresar a casa. Mientras esperaban a que se procesaran sus documentos de asilo, los misioneros nazarenos en Poznan escucharon que la familia estaba allí. Fueron a visitarlos y, poco después, la familia comenzó a asistir a los servicios nazarenos allí.
"Vinimos a Polonia con unas 150 personas", dijo Rafi. “La mayoría de ellos se han ido a Alemania. Pero decidimos quedarnos aquí porque Dios nos envió aquí. Él nos quiere aquí. Él tiene un plan para nosotros aquí.
Esta historia es una adaptación de un artículo originalmente publicado en Where Worlds Meet .
*Nombres completos omitidos por seguridad