Niñas de todo el mundo están recibiendo vestidos y el mensaje de que Dios las ama gracias al grupo de costura «Dress a Girl» (Viste a una niña) de la Oro Valley Church of the Nazarene. Lo que empezó en 2012 como el proyecto de pasión de un pequeño grupo de mujeres en la Oro Valley Church of the Nazarene ha crecido hasta contar con 100 personas.

Según su responsable, Sandra Moore, el grupo "Dress a Girl", de la Oro Valley ha confeccionado más de 15,000 vestidos que se han entregado a niñas de las regiones de África, Asia-Pacífico, Mesoamérica y América del Sur. Moore señala que es la primera vez que algunas niñas reciben o llevan ropa nueva.

«A las niñas les encanta», afirma Moore. «Es un gran acontecimiento. Cada una de ellas recibe una atención especial. Les ponemos los vestidos por encima del resto de la ropa, las hacemos sentir especiales; y, luego, oramos por ellas. Es reconfortante».

El equipo comenzó en 2012 después de que un par de miembros de la iglesia oyeran hablar de la organización "Dress a Girl Around the World" (Viste a una niña alrededor del mundo), con la que trabaja Oro Valley. Al principio, la iglesia confeccionaba los vestidos y los enviaba a un distribuidor local, que encontraba equipos misioneros en todo el mundo a los cuales enviarlos. Sin embargo, en 2018, a medida que crecía la cantidad de vestidos y el equipo, fueron desafiados por el entonces pastor de misiones de la iglesia, Bill Graham, a llevar ellos mismos los vestidos a través de viajes misioneros organizados por la iglesia de Oro Valley.

El equipo central de 100 personas se reúne mensualmente con Moore, quien comparte lo más destacado de las distribuciones de la iglesia en diversos viajes misioneros por todo el mundo. Juntas, oran unas por otras, oran sobre los vestidos y siguen cosiendo. El grupo es intergeneracional; y está formado por adultas jóvenes con hijos y jubiladas.

La iglesia también puso en marcha un maratón de costura, que se celebra anualmente el primer sábado de noviembre. En 2023, participaron más de 400 mujeres de toda la comunidad y la iglesia. Moore dijo que algunas asistentes al maratón de costura se han unido a la iglesia gracias a la actividad. En un solo día, el grupo confecciona más de 1,500 vestidos.

«Las mujeres que trabajan allí son las más felices», afirma Moore. «Están encantadas de formar parte de algo más grande que ellas mismas».

A pesar de pertenecer a otra iglesia de la zona, Lee Ette Jungblom asistió al maratón de costura del año pasado, y se trajo a todo su grupo de costura. Ella dijo que ya han separado la fecha de 2024 para asegurarse de participar de nuevo.

«Formar parte de algo tan hermoso para el Señor y estas dulces niñas para las que estábamos cosiendo es una experiencia increíble», dijo Jungblom.
Según el actual pastor de misiones, David Hillis, las misiones están en el corazón de todo lo que hace la iglesia de Oro Valley. Calcula que entre 400 y 500 personas de la congregación irán de viaje misionero en 2024, repartidas en 14 ó 15 equipos diferentes. Su pasión por las misiones procede directamente de la declaración de principios de la iglesia.

«Si no hacemos llegar el evangelio a las personas allí donde se encuentran, tanto a nivel local como global; si no capacitamos a nuestra gente para que sean ellos quienes lo hagan; entonces no vamos a seguir siendo una iglesia que prospere», afirmó Hillis. «En el momento en que nos volvamos hacia dentro y nos centremos en nosotros mismos y en lo que necesitamos y no nos centremos hacia fuera, empezaremos a morir lentamente como iglesia».