Los centros nazarenos de desarrollo del niño en Sri Lanka han estado han realizado una grande labor para ayudar a cuidar a sus estudiantes durante la pandemia, ofreciendo visitas a domicilio para ayudar a garantizar el bienestar y el progreso educativo de los niños a los que sirven.

Kaveesha*, una adolescente que asiste a uno de estos centros de desarrollo del niño, testificó de cómo las historias y lecciones que aprendió sobre Jesús y su amor la sostuvieron durante los tiempos de confinamiento a causa de COVID-19.

"No estoy preocupada". Le dijo a un maestro que visitó su casa durante uno de los primeros confinamientos por COVID-19. "Me hace recordar las muchas historias que he escuchado en el [centro]", continuó.

Los confinamientos fueron un momento difícil para la familia de Kaveesha. El primer caso de COVID-19 se identificó en Sri Lanka en enero de 2020, y las olas de confinamientos y cierres de escuelas comenzaron a surtir efecto en marzo. Los niños ya no podían asistir a la escuela ni a los programas de enriquecimiento extraescolar proporcionados en los centros de desarrollo infantil.

Para Kaveesha, la pandemia intensificó sus dificultades económicas que habían comenzado cuando su padre falleció unos años antes. De repente, su madre tuvo que encontrar una manera de mantener a sus hijos por su cuenta. Debido a que el área en la que vivían no se consideraba segura, se mudaron a vivir con una de las hermanas mayores de Kaveesha.

La madre de Kaveesha comenzó a cocinar comidas para vendérselas a las personas de la localidad; ganando alrededor de $1.50 al día para ayudar a contribuir al hogar. Sin embargo, una vez que la pandemia golpeó, incluso esta pequeña cantidad no estaba garantizada; ni siquiera podían obtener suficiente comida para mantenerlos sanos. Para apoyar a la familia, el personal del centro de desarrollo infantil de Kaveesha les llevó a su hogar varios paquetes de alimentos gratuitos.

Más allá del apoyo alimentario, los maestros de Kaveesha también se aseguraron de que pudiera estudiar en casa mientras la escuela estaba cerrada debido a los encierros, que han continuado en Sri Lanka esporádicamente hasta 2021. Su pueblo no tiene provisiones para internet o conexión de teléfono celular, lo que hace imposible el aprendizaje en línea.

Según las Naciones Unidas, los escolares de Sri Lanka perdieron hasta 141 días escolares en 2020 como resultado de los cierres relacionados con COVID-19. Sin embargo, los recursos de aprendizaje que los maestros de Kaveesha le brindaron le ayudaron a estudiar en casa para recibir la información necesaria para tomar pruebas nacionales importantes.

“Estoy muy feliz porque soy capaz de prepararme para tomar el examen gracias a las notas y los documentos de examen que recibí de MNC Lanka”, dijo Kaveesha.

Hasta ahora, los voluntarios de MNC y el personal del centro en Sri Lanka han distribuido alimentos a aproximadamente 4500 familias que luchan contra el hambre durante la pandemia. Otros proyectos de socorro centrados en la distribución de medicamentos, suministros de higiene, apoyo financiero y orientación educativa también han marcado la diferencia.

En 2022, el personal de los 23 centros de desarrollo infantil del país planea realizar evaluaciones más intensas en el hogar para que los niños determinen sus necesidades educativas posteriores a la pandemia. Su oración es que todos los centros de desarrollo infantil puedan abrir pronto.

-Ministerios Nazarenos de Compasión