El Lugar del Discipulado ofrece una variedad de cursos sobre temas que van desde el discipulado y el evangelismo hasta la salud mental. Algunas personas toman los cursos por su cuenta para aumentar su conocimiento del ministerio laico, mientras que otros participan para cumplir con los requisitos de una congregación local para puestos de liderazgo en la iglesia.
En el Distrito Canadá Oeste, estos cursos se utilizan para el discipulado, conectando a personas de tres provincias canadienses.

Sheri Lynn Martin, la coordinadora de ministerios infantiles del distrito, buscó formas de conectarse con líderes y ministros laicos repartidos en los más de 1,000 kilómetros del distrito durante la pandemia de COVID-19. Se dirigió a El lugar del Discipulado en busca de material del curso para reunir a las personas como parte del énfasis del Distrito Canadá Oeste en empoderar a los líderes laicos.

“No queremos todos nuestros huevos en una sola canasta”, dijo Martin. “No sólo queremos empoderar a nuestros pastores. También queremos empoderar a nuestros líderes laicos”.
Martin y el grupo primero se sumergieron en el curso de Ministerio para Niños, reuniéndose una vez al mes durante dos años. El grupo de nueve participantes se acercó y vio cuán impactante fue el conocimiento obtenido del curso en los contextos de sus ministerios locales.

“Nos estamos reuniendo para ser discipulados, para fortalecernos unos a otros, para amarnos y apoyarnos unos a otros; y luego, salimos durante todo ese mes para ver qué podemos hacer”, dijo Martin. “Lo traemos todo de vuelta, y hablan sobre a quién han conocido, cómo lo están haciendo; y luego volvemos a discipularnos unos a otros”.
Al grupo le encantó tanto que regresaron a El Lugar del Discipulado y comenzaron a tomar el curso Descubriendo y Desarrollando a los Hacedores de Discípulos como Cristo. Esta vez, el grupo casi se duplicó de 9 a 17 participantes.

Muchos de los asistentes son inmigrantes a Canadá desde Sudán o Filipinas. Al completar el curso, comenzaron a implementar no sólo el conocimiento de los cursos, sino también las cosas que aprendieron unos de otros.
Meghan McDougall, participante en el grupo, dijo que la diversidad de la iglesia y los antecedentes culturales ayudaron al grupo a ampliar sus perspectivas.
"Incluso sus historias de cómo hacen las cosas [en su cultura anterior] en comparación con la forma en que están aprendiendo a hacer las cosas en Canadá fueron beneficiosas", dijo McDougall.

Además de vincularse por las diferencias culturales, los participantes se conectaron a través de experiencias similares en la vida.

“Tener estas conversaciones con estas personas y escuchar sus historias mientras pasas por cosas, te das cuenta de que no estás solo”, dijo McDougall.

Mientras aprendían sobre el discipulado, lo practicaron dentro de su grupo a lo largo del camino. Y la intencionalidad que requiere el discipulado no se perdió en McDougall.
“Vas a la iglesia intencionalmente, participas intencionalmente y eres mentor intencionalmente”, dijo McDougall.

Esa intencionalidad es en última instancia lo que Martin y el Distrito Canadá Oeste quieren impartir a los demás. La razón del discipulado intencional, según Martin, es que “no podemos simplemente dejar a las personas donde están”.
“Si somos lo suficientemente afortunados como para que la persona decida seguir a Jesús; no queremos simplemente dejarla allí”, dijo Martin. “Hay mucho más para ellos. Sólo quiero que se aferren a eso, y ayuden a otros a aferrarse a eso también”.