Club de drama ayuda a niños gitanos y a adultos búlgaros a edificar confianza
Los primeros ensayos del club dramático comunitario en Bulgaria se vieron tan llenos de hostilidad y discusiones que llevavan a pensar que el verdadero drama ocurría fuera de escena.
Conflictos y una desconfianza mutua eran comunes entre los niños gitanos y sus vecinos búlgaros hasta hace dos años atrás.
Los niños a menudo robaban o molestaban a sus vecinos ancianos y retirados. En respuesta, los ancianos culpaban a los gitanos por cualquier cosa que estuviera mal en la comunidad, fuera o no su responsabilidad.
Pero un club dramático con una ética cristiana se convirtió en la solución inesperada para reconstruir la confianza, así como para crear comportamientos sociales positivos.
“¡Presentemos una obra!”
En el verano de 2014, una maestra local le preguntó a Zhana, una trabajadora Nazarena en el área, si quería juntarse para tomar un café. La maestra le explicó los problemas de la aldea y propuso que la solución sería crear un club de drama. Ella pensó que si las dos generaciones pudieran trabajar juntas, ellos crearían relaciones más saludables. Los costos iniciales serían de 1000 euros. A Zhana le gustó tanto la idea que ella inmediatamente desarrolló una propuesta de presupuesto y el Ministerio Nazareno de Compasión proveyó los fondos.
Zhana también ayudó a organizar y a liderar el club de drama.
Ellas invitaron a los niños gitanos y a los ancianos búlgaros. Era una oportunidad tan inusual que todos quisieron involucrarse. Al día de hoy, 40 niños se han unido al programa, así como 20 adultos.
Sin embargo, las primeras reuniones y ensayos fueron, según dijo Zhana (mientras que reía) “una zona de guerra.”
“Todos se acusaban unos a otros, lanzándose cosas de un lado para el otro. Yo no estaba trabajando en la obra, sólo me aseguraba que todos siguieran vivos al final de los ensayos,” dijo ella.
Los búlgaros, quienes a menudo se encontraban en la mira de los niños, desconfiaban. Una mujer incluso dejó su monedero a la vista como prueba, para ver si alguno de los niños intentaba robarlo.
Las familias gitanas que viven en esta aldea de Bulgaria son de clase media, a diferencia de la mayoría de los gitanos que viven en pobreza a través de Europa. Zhana dijo que el mal comportamiento de los niños de la aldea no era motivado por hambre ni pobreza, sino que como simple acto de rebelión contra una sociedad que los persigue y estereotipa, y a causa de padres que no los corrigen.
Para poder trabajar juntos, los grupos tenían grandes obstáculos que sortear.
Estableciendo principios cristianos
Al principio los líderes del club establecieron reglas: los participantes podían ayudar o recibir papeles dentro de la obra sólo si se adherían a principios éticos y morales cristianos.
“Queríamos que ellos vieran esto como algo divertido, pero que supieran que para venir a este lugar ellos debían cumplir con ciertos requerimientos,” dijo Zhana. “Uno de estos requerimientos es que no robamos, ya que Dios nos pide que no causemos daño a los demás.”
Ellos sostuvieron estos principios con compasión, celo y creatividad.
Los líderes le pidieron a uno de los alborotadores más infames de la aldea que estuviera a cargo de disciplinar, lo cual resultó en que la mayoría de los niños se comportaran y el niño respondió a las expectativas positivas de los maestros.
“Él es un niño inteligente; simplemente no sabe qué hacer con su energía,” dijo Zhana. “Teníamos a un niño que le gustaba mucho robar – era cleptómano. Le dijimos que si reducía sus casos de robo, entonces podría tener un rol pequeño. Nunca decimos, ‘Tú no puedes participar porque robas,’ sino que decimos, ‘Sabemos que tienes este problema y de veras te queremos en nuestro club.’”
Los líderes le dijeron al niño que si él necesitaba algo, sólo tenía que acercarse a ellos con confianza y pedirlo, en vez de robar. “Él ha aprendido a decirles cuando está hambriento, y ya casi no roba, ” dijo Zhana.
En cuanto a la mujer que dejó su monedero a la vista, los niños pasaron esa prueba.
Éxito rotundo
La primer obra que el club produjo fue una comedia irónica escrita por un búlgaro, la cual trata de estereotipos y de cómo las personas se tratan unas a otras.
Algunos de los miembros del club recibieron roles narrativos y de actuación. Otros construyeron y pintaron escenarios, recolectaron artículos decorativos y realizaron otras tareas. Muchos de los niños han demostrado talento natural para actuar. El niño más pequeño, quien no podía memorizar líneas, abrío las obras con una canción.
La primer obra fue “un gran éxito,” dijo Zhana. Desde entonces, el club ha presentado cinco obras, atrayendo hasta 500 personas incluyendo a miembros de aldeas vecinas.
También han sido invitados a actuar en pueblos más grandes. Durante una de estas presentaciones, “el comportamiento de los niños fue excelente,” dijo ella. “Ellos dijeron que nunca habían visto a niños gitanos que se portaran tan bien.”
Los organizadores de una competencia dramática nacional vieron una de las presentaciones.
“Ellos dijeron, ‘Estos no pueden ser niños gitanos,’ y nosotros les dijimos, ‘Sí, todos son gitanos,’” dijo Zhana.
Así fue que en mayo el grupo fue invitado a competir en Sofia, la capital. Ellos prepararon otra comedia irónica para su presentación.
El poder hacer estos viajes es muy emocionante para los niños, y los ayuda a aprender más acerca del país y la sociedad.
‘Comenzaron a preocuparse unos por otros’
Las dos generaciones han comenzado un proceso de sanidad que ha llevado al apoyo mutuo y a un amor que se extiende incluso fuera del club de drama.
“Hay niños que ahora están ayudando alos abuelos," dijo Zhana. “Ellos les compran el pan y les llevan sus compras a casa. Algunos de los abuelos ahora les confían su dinero, así que los niños van y hacen las compras por ellos, y los ayudan en sus casas.
“Esto mejora mucho el ambiente de la aldea. La comunicación entre ellos es mucho mejor y debido a eso creo que los niños y los ancianos, incluso los padres, están teniendo una mejor comunicación,” dijo ella. “Ellos comenzaron a preocuparse unos por otros."
“Existe una familia pobre que vive en un remolque, tienen cuatro gemelos y son muy pobres. Ni siquiera tienen agua corriente. Las mujeres búlgaras están recolectando ropa y alimentos para ellos,” agregó Zhana. “Eso es algo que jamás ocurría antes de este club de drama.”
El club hace presentaciones de pascua y de navidad, lo cual hace posible el compartir la historia de Jesús como salvador.
“Los niños son muy concientes de la presencia de Dios,” dijo ella. “Ellos lo reconocen. De hecho, una de las familias se convirtieron en cristianos.”