Líderes de Ecuador se reunieron para recibir capacitación sobre cómo contar historias bíblicas
Líderes de diferentes lugares se dieron cita a las ciudades de Riobamba y Quito, Ecuador, con el propósito de aprender a contar historias bíblicas no solo a partir de la memoria sino también del corazón.
Los presentadores fueron Stéphane Tibi, coordinador de educación para la Región Eurasia, y Angel Sigui, entrenador máster del programa Cuenta LA Historia.
Los talleres, que se celebraron del 5 al 7 de diciembre, enseñaron a los asistentes los diferentes pasos utilizados para contar una historia. Uno de los pasos consistía en colocarse en la historia y discernir lo que Dios estaba tratando de mostrarles a través de la historia.
"La capacitación enseñó a los participantes a ser narradores dedicados para comunicar la verdad bíblica de la misma manera que lo hizo Cristo", dijo Lindsay Eckart, una participante en el taller. "No solo estábamos aprendiendo historias para impactar a las personas que nos rodean, sino que también fuimos invitados a ser tocados por las historias".
A medida que los participantes leían las historias, la volvían a contar y se metían dentro de las historias, aprendieron que conocer la historia y sentirla desde su corazón les ofrecía una perspectiva diferente que era más significativa para ellos.
Después de completar el ejercicio, Tibi preguntaba: "¿Cómo le hizo sentir eso?" muchos se llenaron de lágrimas y respondieron: "paz, consuelo y que Dios me ama".
"Hubo innumerables casos a lo largo del entrenamiento cuando una historia afectó a alguien de una manera increíblemente personal", dijo Eckart. "En mi grupo pequeño, volver a contar la historia del ciego en Lucas 18:35 nos hizo llorar a muchos de nosotros".
Los talleres no solo trataban de compartir las historias, sino que Tibi también compartió técnicas para memorizar las escrituras y sobre cómo aprender historias bíblicas a través de imágenes. También compartió cómo memorizar los Artículos de Fe a través de mapas de estudio.
Uno de los pastores estaba tan emocionado, que a la mañana siguiente le compartió a su congregación lo que aprendió en el entrenamiento.