Lower Lights Ministries tiene como objetivo ayudar a reconciliar a la comunidad circundante a través de relaciones y desarrollo de liderazgo. Con sede en el vecindario Franklinton de Columbus, Ohio, Lower Lights es un centro del Ministerios Nazarenos de Compasión que sirve a su comunidad de diversas maneras.

Franklinton tiene el promedio de vida más bajo de Ohio y el 55 por ciento de los residentes vive por debajo del umbral de pobreza. En 1991, Lower Lights comenzó a combatir los problemas actuales en Franklinton. Dos de sus ministerios clave son Rachel's House, un albergue temporal para mujeres recientemente liberadas de prisión, y Lower Lights Recovery, un programa de residencia para la recuperación de adicciones.

Ambos ministerios llevan a las participantes a través de una serie de programas específicos mientras permanecen en las casas, viviendo juntas y creando una vida comunitaria bajo el liderazgo de administradoras de casas, quienes brindan un espacio de orientación para las mujeres mientras intentan volver a encarrilar sus vidas.

Abby Slingerland, recién graduada de Mount Vernon Nazarene University, es administradora de la casa de Rachel's House. Ella comparó el papel con el de una ama de casa o incluso con el de una asistente de residencia universitaria. Al final, todo se reduce a fomentar buenas relaciones y construir una comunidad auténtica.

“Una de las principales razones por las que las personas pueden abandonar el programa antes de tiempo o no continuar con su recuperación es el regreso de las malas influencias”, dijo Slingerland. “Ya sea un exnovio, una amistad tóxica o miembros de la familia. Son las conexiones con otras personas las que las derriban o las fortalecen. Así que una gran parte del programa está orientado para ayudar a estas mujeres a crear su propia comunidad, una comunidad saludable".

Chrissy Johnson se unió a Lower Lights Recovery en 2018 después de completar un proceso de desintoxicación de 30 días. La madre de Johnson sucumbió al alcoholismo cuando Johnson tenía 20 años. A partir de ese momento, entró y salió del tratamiento por abuso de drogas y alcohol. Mientras estaba en el programa de desintoxicación, escuchó sobre Lower Lights y sintió que tal vez Dios la estaba dirigiendo allí.

“Desde la primera persona que conocí cuando me entrevistaron, supe que este era el lugar al que pertenecía”, dijo Johnson. "Sabía que Dios me estaba enviando en la dirección correcta".

Cuando llegó Johnson, una de las primeras cosas que notó fue la vida en comunidad.

“Lo único que he aprendido aquí es que pase lo que pase, somos una comunidad y sabemos cómo construir conexiones”, dijo. "Es la primera vez que he estado en un lugar donde la comunidad realmente existe".

Una vez en el programa, uno de los objetivos de Johnson era la reconciliación familiar, pero parecía imposible. Su hija no quería volver a hablar con ella. Pero una vez que vio lo que estaba sucediendo en la vida de su madre, comenzó a acercársele.

“Incluso quería involucrarse y ser parte de la iglesia”, dijo Johnson. “El solo ver eso y saber que ella quería estar allí [como parte de mi recuperación], me permitió saber que iba a estar bien y seguir haciendo lo que Dios quería que hiciera”.

Johnson se graduó del programa y ahora se ha convertido en administradora de la casa. Su hija pasa tiempo en la casa con las otras mujeres, ya que su propia pasión por la comunidad en recuperación ha crecido después de ver cómo beneficiaba a su madre.

“Realmente son las relaciones las que te hacen avanzar o retroceder”, dijo Slingerland. "Cada parte del programa tiene el objetivo de ayudarlos a avanzar y ayudarlos a comprender cómo lo pueden lograr".