Iglesia trae luz a Guinea Bissau
La Iglesia del Nazareno en Guinea-Bissau está llevando luz a una aldea local, en más de un sentido.
En mayo, el proyecto de luz de la iglesia trajo paneles solares, electricidad y luz a la aldea de Indena Grande, ubicada en la isla de Canhabaque en Guinea-Bissau.
De las 19 aldeas de la isla, ninguna tenía electricidad. Ezequiel Ramírez, misionero nazareno en Guinea-Bissau, dijo que los peligros de las mordeduras de serpiente y otros posibles accidentes eran un problema.
La Iglesia del Nazareno ha estado presente en la isla y en el pueblo de Indena Grande desde 2019. Los líderes de la aldea pidieron ayuda a los líderes de la iglesia, por lo que la iglesia local, el liderazgo de la iglesia nacional y la comunidad se reunieron para abordar el problema.
“La iglesia está llamada a predicar un evangelio integral, tal como Jesús nos enseñó”, dijo Ramírez. “Estas comunidades parecen haber sido olvidadas incluso por sus gobernantes. El evangelio trasciende maravillosamente en estas aldeas, al encontrarse con un Dios que está atento a sus necesidades ”.
La primera noche que se encendieron los caminos del pueblo, Ramírez y otros en el pueblo estaban encantados de ver a más de 100 niños jugando y saltando de alegría bajo las lámparas.
“Era la primera vez que descubrían que podían jugar de noche sin temor a una mordedura de serpiente u otros peligros que han costado la vida a muchos en el pasado”, dijo Ramírez.
La isla de Canhabaque está a unos 100 kilómetros de la capital de Guinea Bissau. La Iglesia del Nazareno se ha expandido a dos aldeas más en la isla, Anghaura e Inorei.
La noticia de la luz en Indena que la Iglesia del Nazareno trajo se extendió rápidamente a todas las aldeas de la isla. Los líderes de la comunidad agradecieron a la iglesia por el trabajo realizado y se muestran optimistas sobre el futuro de la aldea.
Ramírez agradeció a los Ministerios Nazarenos de Compasión de la región por el apoyo que brindaron en la implementación del proyecto, diciendo que 400 personas se han beneficiado de lo que lograron.
“Todavía queda mucho por hacer”, dijo Ramírez. “Pero celebramos y damos gracias a Dios de que, como iglesia, podemos predicar un evangelio que impacte a la comunidad de manera integral”.